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29.08.2012

CfA: El arte de gobernar

  • Disziplinen: Medien-/Kulturwissenschaft, Weitere Teilbereiche
  • Sprachen: Spanisch
  • Frist: 01.02.13

Publicación en línea

iMex. México Interdisciplinario / Interdisciplinary Mexico

 

Call for Papers:

El arte de gobernar

 

A estas alturas de las catástrofes en la gestión de los gobiernos a escala mundial, las aporías y paradojas que Michel Foucault demostró con su análisis del “arte de gobernar” adquieren mayor vigencia. A comienzos del siglo XXI nos enfrentamos a gobiernos incapaces de gestionar el “bien común”. Son gobiernos sometidos a poderes financieros nacionales e internacionales, comprometidos con la violencia o dependientes del poder militar, que con agresiones bélicas en el exterior pretenden asegurar la paz interior. El arte de gestionar una nación desvela la cara de permanentes desastres. La quiebra o literalmente la bancarrota del sistema político basado en la representancia del pueblo –principio de la democracia moderna– parece el sello característico del siglo XXI. El arte de gobernar, un concepto bajo el que Michel Foucault entiende las técnicas mediante las cuales desde el siglo XVIII la administración, la distribución y a la vez la multiplicación del poder sustituyen al poder soberano, ya no tiene imágenes confiables en el imaginario social. Ahora bien, los acontecimientos políticos en México y las recientes elecciones demuestran la necesidad de poner en tela de juicio una vez más la racionalidad del “arte de gobernar” más allá de una simple lógica de sistemas políticos. Hace falta un análisis del imaginario cultural, social y discursivo que vierta luz sobre las aporías y las transformaciones del “arte de gestionar” una nación a nivel local y en relación con los procesos globales.

 

La democracia representativa, es decir, el tipo de régimen democrático surgido en la Modernidad y que se diferencia de la democracia clásica por la elección de los representantes encargados de tomar decisiones que afectan al conjunto de una ciudadanía cada vez más amplia, marca el paso de los poderes soberanos al arte moderno de gobernar. La genealogía de este nuevo tipo de gobierno, que encuentra en el Contrato Social de Rousseau su expresión emblemática, es el tema de las lecciones de Foucault de 1978 en el Collège de France, que terminan con “Seguridad, territorio y población”, a las que sigue en 1979 el análisis del liberalismo y del neoliberalismo de tipo americano y alemán (Nacimiento de la biopolítica).

 

Semejante planteamiento ofrece una amplia gama de propuestas. Siguiendo el modelo de Foucault, es conveniente un análisis genealógico de la figura de la representancia gubernamental. Pues el problema fundamental de la representancia es la difícil operación de garantizar el equilibrio entre la racionalidad del individuo y la del Estado. El análisis del arte de gobernar demuestra que el problema sigue irresuelto. ¿Cuáles son los costes del individuo para asociarse al conjunto, asegurándose la protección del Estado? Los costes de la representancia política del ciudadano son, pues, la heteronomía del sujeto y su sujeción a los poderes del Estado, renunciando a su libertad natural, integrando su propio cuerpo y su propia vida en el cuerpo social, desde luego un cuerpo neutro, bajo cuya tutela desaparecen las singularidades. Los poderes del Estado son tendencialmente soberanos, apoyados por la legislación que tutela la economía del poder representativo. La vida personal no interesa al legislador. Las implicaciones y la consecuencia de semejante principio son temáticas urgentes, no solamente en política sino también en el campo de la jurisprudencia y de la economía.

 

El arte de gobernar requiere además la madurez moral y política del ciudadano. Justamente aquí encontramos la matriz que legitima la exclusión de aquellos que no se consideran moral y políticamente maduros. ¿No convendría repensar el concepto de dignidad, que captura a las vidas humanas bajo los derechos del ciudadano, haciendo de ellos un dispositivo del arte de gobernar? En la Declaración universal de derechos humanos de 1948 no se reconoce aún la dignidad de la persona por lo que es su propia vida (Roberto Esposito), eventualmente abyecta o psíquicamente enferma, sino porque puede ser algo más que “vida desnuda” (Giorgio Agamben), porque puede transformarse en vida con sentido social o político.

 

Cabría reconsiderar en esta clave los discursos de la fundación de las naciones, en particular en Hispanoamérica. Sería, pues, pertinente un análisis ético-crítico del concepto de madurez moral del ciudadano como dispositivo de vigilancia en favor de varias formas de racionalidad, desde las promesas de la constitución de un conjunto social panamericano (Simón Bolívar), de la primera constitución mexicana por la pluma del cura Morelos (Sentimientos de la nación), de las políticas de los Estados modernos y sus promesas de desarrollo, igualdad y educación, hasta la razón económica de los modelos abstractos de las finanzas internacionales, cuyas burbujas hacen que sólo unos pocos –los oligoi, la oligarquía de las finanzas– sean por ende considerados “dignos” de ejercer su propia libertad personal.

 

Llegamos así a las aporías más tajantes de nuestra actualidad, esto es, por un lado la soberanía implícita del neoliberalismo y por otro la captación de las izquierdas por los fantasmas de Marx (Jacques Derrida), es decir, por lo no acontecido del proyecto marxista. La soberanía del neoliberalismo es debida al absolutismo del interés individual y de la libertad del mercado como principio regulador, en sustitución de las reglas jurídicas. Para la mayoría, la precariedad de la vida (Judith Butler) retorna bajo poderes soberanos.

 

En su lectura del famoso ensayo de Kant, Foucault retorna en Qu’est-ce que les Lumières? a la tensión irresuelta del concepto de representancia, es decir, a la relación entre lo particular y lo general o universal. Si, en esta relación, sujetos y vidas particulares encuentran como límite el conjunto al que se subordinan, el conjunto es, al revés, limitado por sujetos y vidas personales. Esta tesis se expresa en la “gobernabilidad” como la tensión entre sujeto y poder. Foucault parece otorgar a los sujetos particulares poderes de intervención transversal. ¿Existen, pues, resistencias transversales que rescaten las vidas singulares de la representancia por el cuerpo social? ¿Son la salida a las calles, pacíficas en cuanto solidarias, aunque rebeldes contra la matrix de la sujeción, los signos de esta resistencia transversal? ¿En qué medida la llamada contracultura, por ejemplo la “cultura popular” (Carlos Monsiváis), los movimientos que están ejerciendo resistencia en lugares particulares de todo el globo –por ejemplo, los “Indignados” del 15-M en España– pueden ganar espacios para modificar el “arte de gobernar”? ¿Cuáles son las tácticas (Michel de Certeau), los gestos (Emmanuel Levinas), los rituales que dislocan o desestabilizan el poder? ¿Cuál es el poder del lenguaje, de las artes visuales, de la literatura en esta obra de deconstrucción, de reflexión y de resistencia? ¿En qué medida una biopolítica afirmativa (Roberto Esposito) permite desplazar la máquina tanatólogica del biopoder abriendo espacios a un “arte de gobernar” afirmativo, concebido desde la autonomía de las vidas particulares?

 

¿Cuál es, en fin, la función de las tecnologías globales en esta tensión entre las vidas particulares y las redes globales mediáticas y financieras? ¿No habría que repensar las utopías de la multiplicación rizomática de las redes de comunicación que distribuyen y fortalecen las oligarquías neoliberales y sus compromisos con la violencia de la economía ilegal y de los subprimes financieros. ¿Cuál es el papel de las izquierdas en este panorama, más allá del retorno de los espectros de Marx?

 

Se invita a especialistas en filosofía política, ciencias sociales y económicas, en jurisprudencia, en literatura, comunicación y cultura, en artes visuales, historiografía y sociolingüística a inscribirse con sus contribuciones en este panorama del “arte de gobernar”.

 

Los artículos y las reseñas pueden enviarse hasta el 1 de febrero de 2013 por e-mail en formato ‘Microsoft Word 97-2003’ (Times New Roman 12 pts., a doble espacio, sin sangría), observando las normas de MLA, al siguiente correo electrónico:

 

Prof. Dr. Vittoria Borsò: rom1@phil.uni-duesseldorf.de

 

Como norma, los artículos no deberían exceder el número de 15 a 18 páginas, o aproximadamente 5000 a 6000 palabras. Su manuscrito debe incluir un resumen de hasta 200 palabras, información biobibliográfica (cargo académico, principales áreas de investigación, publicaciones recientes) de hasta 10 líneas y 5 palabras claves para identificar el contenido de su artículo.

 

Editores: Prof. Dr. Vittoria Borsò, Prof. Dr. Frank Leinen, Prof. Dr. Guido Rings, Dr. Yasmin Temelli.

 

Von:  Yasmin Temelli

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